Serie: Genios Malditos
La inteligencia que descifró el código de la vida
Rosalind Franklin (1920-1958) fue la química y cristalógrafa que capturó la imagen que cambiaría para siempre la biología: la Foto 51. Esta fotografía de difracción de rayos X, lograda tras 100 horas de exposición y un dominio absoluto de la técnica, fue la pieza clave que permitió a Watson y Crick formular el modelo de la doble hélice del ADN.
Sin embargo, el reconocimiento se lo llevaron otros. El Premio Nobel de Medicina de 1962 fue para Watson, Crick y Wilkins. Rosalind había muerto cuatro años antes, a los 37, sin saber cuán crucial había sido su trabajo.
Una científica brillante en un mundo hostil
Desde niña, Rosalind deslumbraba por su lógica y su amor por las matemáticas. Se formó en Cambridge, trabajó en París perfeccionando la cristalografía y, al regresar a Londres, se incorporó al King’s College, donde un malentendido la enfrentó con Maurice Wilkins y la colocó en un entorno hostil y machista.

Allí, aislada y ninguneada, perfeccionó las técnicas que le permitieron identificar las dos formas del ADN (A y B), controlar la hidratación y obtener imágenes de una nitidez sin precedentes. Su Foto 51, obtenida en 1952, revelaba la estructura helicoidal del ADN, con datos precisos sobre el diámetro de la hélice y las distancias entre bases y vueltas.
El robo silencioso
Wilkins mostró la Foto 51 a Watson sin su permiso. Además, un informe con sus mediciones llegó a manos de Watson y Crick a través de Max Perutz. Con esa información, los de Cambridge pudieron completar el modelo y publicarlo en Nature en 1953, relegando el trabajo de Franklin al tercer artículo del mismo número, como mera confirmación.
Más allá del ADN
Harta del ambiente en King’s, Rosalind se trasladó al Birkbeck College, donde destacó en el estudio de virus como el de la polio y el mosaico del tabaco. Trabajó hasta el final, pese al cáncer de ovarios que se cree pudo deberse a su exposición a radiación.
Legado
“En mi opinión, lo único que necesita la fe es el convencimiento de que esforzándonos en hacer lo mejor que podemos nos acercaremos al éxito, y que el éxito de nuestros propósitos, la mejora de la humanidad de hoy y del futuro, merece la pena de conseguirse.”
— Rosalind Franklin
Hoy, la Foto 51 simboliza tanto el genio como la injusticia. Franklin es referente de la ciencia ética, de la perseverancia y del valor de las mujeres en un mundo que entonces no las quería en primera fila. Su tumba no menciona el ADN, pero su huella está en el corazón de la biología moderna. El original se conserva en los archivos del Kings College.
