🧠🚫 Arturo Estévez Varela: el español que bebía su combustible y desafiaba al petróleo

Serie: Genios Malditos

¿Y si el motor de agua no era un mito?

En los años 70, Arturo Estévez, el inventor del motor de agua, recorrió más de 900 kilómetros con un ciclomotor… que no usaba gasolina. El depósito contenía agua y una misteriosa pastilla. Aquel hombre bebía el contenido ante la prensa para demostrar que no era tóxico. Su nombre: Arturo Estévez Varela.

¿Fue un visionario ignorado o una víctima más de los intereses energéticos globales?

Un inventor contra corriente

Nacido en Valverde del Camino (Huelva), Estévez Varela no era un científico de laboratorio ni trabajaba en una gran corporación. Era un autodidacta. Un “manitas” con ideas propias y determinación. En 1970, presentó un generador que liberaba hidrógeno a partir de agua y una pastilla secreta.

Aquel gas alimentaba un motor de explosión convencional. Sin gasolina, sin humo, sin ruido. Solo agua… y fe.

900 kilómetros sin gasolina

El punto álgido llegó cuando emprendió una gira por Andalucía y después hacia Madrid con su ciclomotor alimentado por agua. La hazaña fue cubierta por los medios y certificada por notarios. La frase que lo hizo famoso:

“Puedo beber el contenido del depósito. Y lo haré.”

Y lo hizo. Bebió de su propio combustible. Nadie podía dudar de su honestidad.

¿Y qué pasó con su invento? ¿Era real… o un fraude?

Aunque logró captar la atención del Ministerio del Ejército y protagonizó numerosos reportajes, no todo fue reconocimiento. Poco después de su gira, Arturo Estévez Varela fue denunciado y sometido a un proceso judicial por presunto fraude. Se le acusaba de engañar al público y de promover un invento sin base científica.

Durante el juicio, presentó su ciclomotor ante el juez y realizó una demostración del funcionamiento del generador. Finalmente, fue absuelto, pero el daño reputacional ya estaba hecho.

Su figura pasó de héroe popular a personaje incómodo. El entusiasmo institucional desapareció y su invento quedó arrinconado. Murió en 1998 sin haber recibido reconocimiento ni apoyo serio para desarrollar su proyecto.

¿Qué contenía la pastilla?

Nunca reveló la fórmula exacta, pero se especula que contenía aluminio en polvo y algún activador como bórax o sosa cáustica, capaces de generar hidrógeno al contacto con agua.

Desde un punto de vista químico, era viable. ¿El problema? El proceso no era energéticamente eficiente. Pero Estévez no vendía eficiencia: vendía esperanza, ingenio y una alternativa a la dependencia del petróleo.

Genio maldito, símbolo de un país que olvida

Arturo Estévez Varela representa una figura que se repite: la del inventor que incomoda, que se adelanta a su tiempo, o que simplemente no encaja en los esquemas industriales establecidos.

¿Y si su historia fuera menos una conspiración… y más una tragedia de indiferencia?

¿Qué otros genios olvidados conoces?

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